Comunicación Didáctica
La comunicación didáctica es aquella comunicación aplicada en el proceso de enseñanza, por lo tanto tiene como objetivo modificar e incrementar los conocimientos, desarrollar las destrezas y habilidades y modelar positivamente las actitudes del sujeto del aprendizaje.
Más, como la comunicación en sí también representa un proceso, conviene conocerlo como estructura que va a influir en el logro de los objetivos señalados.
El estudio de la comunicación ha interesado a numerosas áreas del saber, que han concebido para su comprensión, la construcción de diferentes modelos, los cuales parten desde Aristóteles hasta nuestros días. Sin embargo, el modelo que se emplea comúnmente, de emisor (codificador) que transmite un mensaje a través de un canal al receptor (decodificador), y que puede recibir una respuesta o feedback y ser afectado por ruidos o interferencias, fue establecido por David Berlo, a pesar de que los demás modelos coinciden en casi todos los elementos.
Al visualizar este modelo comprendemos la relación directa que se establece entre el emisor, maestro o instructor y el receptor alumno. Ha de ser una relación abierta, en ambas direcciones, dinámica y con conciencia ética de sus efectos, para poder lograr la efectividad de la comunicación.
Para ello el docente ha de emplear los instrumentos y habilidades que le confiere el empleo acertado de la voz, a través del volumen, la modulación y entonación, y sobre todo una correcta pronunciación. El control del aula a la que se dirige, lo puede alcanzar mediante el control visual, abarcando a todos los alumnos y en caso de dirigirse a uno, observarlo directamente, mientras le transmite la idea.
Por otra parte así como se emplea la voz y la mirada, el cuerpo a través de los gestos y el movimiento conducen a establecer una comunicación kinética con el alumno. El desplazamiento del docente en el aula ha de ser apropiado, por una parte no es conveniente el movimiento constante, pues motiva la distracción y por otra parte, los gestos sosegados le transmiten al alumno la serenidad necesaria para concentrarse en los objetivos del aprendizaje.
Dentro del proceso de la comunicación como docentes debemos conocer las leyes que la norman. A pesar de que la responsabilidad de la comunicación está en el emisor, en nuestro caso el docente, lo verdadero es lo que entiende el receptor, es el acto de escuchar o percibir el mensaje lo que define a la comunicación. Así mismo, la emocionalidad de la comunicación condiciona la racionalidad de la misma, en este sentido es más eficaz la comunicación cuando se comparte niveles de empatía entre los elementos de la comunicación.
Se pueden precisar algunas pautas que optimizan la comunicación, la claridad del mensaje, el uso de lenguaje sencillo, centrar la atención en el receptor, evitar los ruidos, exponer los contenidos oportunamente, ejercer la autoridad con una concepción democrática, de respeto por las mayorías y consideración de las minorías. Además como docentes emplear la repetición para asegurarnos la captación de la información, así como invertir el proceso para confirmar la efectividad del mensaje.
Siendo la comunicación el mecanismo o proceso que nos permite relacionarnos, conocer y establecer los justos nexos entre docente y alumno, es de hacer notar que tal como se mencionó, la emocionalidad o los sentimientos, bien sea de agrado o desagrado entre los miembros de la actividad docente, tendrán incidencia en la enseñanza aprendizaje. Como en toda relación humana, el docente ha de promover una actitud armoniosa de convivencia con sus alumnos.
Para ello debe mostrar interés en sus ideas, proyectos y asuntos para crear un clima de empatía. Con ello estimula la comunicación para que sean ellos los que más se manifiesten, para poder conocerlos y ajustar el proceso de enseñanza. Con una actitud sincera, tolerante, positiva y asertiva, el docente demuestra respeto por los alumnos, admite sus equivocaciones, sin perder su rango.
Elena Hischnjakow de Civolani